Espectacular el alojamiento en Puyuhuapi, salimos rumbo al parque nacional Queulat donde hicimos un treking hacia un mirador del ventisquero colgante, con la ropa de moto sudamos y nos cansamos bastante pero igual lo hicimos. Luego nos fuimos del parque y pasamos a almorzar a Villa Amengual en la Casona del Bosque, veníamos congelados y mojados la buena atención, el calor y comodidad de la casona hizo que nos quedemos en vez de seguir a Coyhaique, nos sampamos unos wiskeys y sour calafate que nos abrigaron otro poco, comida estupenda y conversamos con una pareja de trasandinos muuuuy simpáticos y con los dueños del local.
81 lucas pero valió la pena.
81 lucas pero valió la pena.
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